Hoy me cayó el baldazo / la ficha / me movieron la estantería o como lo prefieran llamar, para el caso es lo mismo.
Durante buena parte de mi vida jugué al duro, al bastón para todos, al "lo mío no importa, contame vos" y así, no tanto por decisión propia sino por el entorno. Claro, a todos les resulta más sencillo hablar que escuchar. Quizás sea soledad, frustraciones o lo que fuere. Yo no.
La cuestión es que, consciente o inconscientemente, el maquillaje de "está todo bien", darle para adelante y todo eso se fué haciendo cada vez más fuerte, a tal punto que no llegaba a verme. Y, la verdad, me acostumbré a eso.
Hoy tuve una entrevista laboral en una consultora, una de las tantas. En un momento, me pregunta:
"Y cuáles variables pensaste en tu tiempo de desempleo?"
Y empecé a hablar, hablar y hablar. Luego su respuesta (aproximadamente) fué:
"Te diste cuenta de las vueltas que diste para responder una pregunta directa? Muchas veces esa dispersión, no llegar al punto, significa evasión, y desorden, cuando no el querer abarcar todo al mismo tiempo y hasta un poco de autoboicot. Como devolución, yo te diría que para futuras entrevistas te ordenes para ser claro y no irte en matices, te hagas una lista de las cosas que aprendiste y demás durante tus distintas etapas, con qué características empezaste tu vida laboral y cuales son ahora. Eso te va a ayudar mucho y que sea una entrevista de igual a igual, que vos también decidas. No te dejes llevar por miedos a nuevas frustraciones."
Luego de analizar un momento sus palabras, le expliqué que, justamente, tantas entrevistas que al final no se dieron me llenaron de inseguridades acerca de lo que corresponde o no decir.
Al finalizar dijo que me iba a poner en la lista para una segunda entrevista, volvió a hacer hincapié en lo anteriormente mencionado, le agradecí la confianza y me fuí.
Pensándolo (un poco) más detenidamente... tiene razón. Lo peor de todo es que esta observación profunda de mí, no la hizo ni un amigo, ni un familiar, nadie cercano que (supuestamente) me conoce más... me la dijo un RRHH en una entrevista. NADIE se detuvo 5 minutos en prestarme atención, todos están enfrascados en la suya.
Me siento frustradísimo, mucho, completamente apichonado. Como si siempre faltaran cinco para el peso, y no está bueno. Y no me refiero a lo laboral solamente, sino también a lo personal. Intentar, intentar, vivir intentando, y cayendo y levantarse y volverse a caer y así. Estoy cansado. Cada vez me cuesta más ser el "Gabriel esto", "Gabriel lo otro" y estar siempre para los demás.
Y yo cuándo? Realmente le importaré a alguien?
Durante buena parte de mi vida jugué al duro, al bastón para todos, al "lo mío no importa, contame vos" y así, no tanto por decisión propia sino por el entorno. Claro, a todos les resulta más sencillo hablar que escuchar. Quizás sea soledad, frustraciones o lo que fuere. Yo no.
La cuestión es que, consciente o inconscientemente, el maquillaje de "está todo bien", darle para adelante y todo eso se fué haciendo cada vez más fuerte, a tal punto que no llegaba a verme. Y, la verdad, me acostumbré a eso.
Hoy tuve una entrevista laboral en una consultora, una de las tantas. En un momento, me pregunta:
"Y cuáles variables pensaste en tu tiempo de desempleo?"
Y empecé a hablar, hablar y hablar. Luego su respuesta (aproximadamente) fué:
"Te diste cuenta de las vueltas que diste para responder una pregunta directa? Muchas veces esa dispersión, no llegar al punto, significa evasión, y desorden, cuando no el querer abarcar todo al mismo tiempo y hasta un poco de autoboicot. Como devolución, yo te diría que para futuras entrevistas te ordenes para ser claro y no irte en matices, te hagas una lista de las cosas que aprendiste y demás durante tus distintas etapas, con qué características empezaste tu vida laboral y cuales son ahora. Eso te va a ayudar mucho y que sea una entrevista de igual a igual, que vos también decidas. No te dejes llevar por miedos a nuevas frustraciones."
Luego de analizar un momento sus palabras, le expliqué que, justamente, tantas entrevistas que al final no se dieron me llenaron de inseguridades acerca de lo que corresponde o no decir.
Al finalizar dijo que me iba a poner en la lista para una segunda entrevista, volvió a hacer hincapié en lo anteriormente mencionado, le agradecí la confianza y me fuí.
Pensándolo (un poco) más detenidamente... tiene razón. Lo peor de todo es que esta observación profunda de mí, no la hizo ni un amigo, ni un familiar, nadie cercano que (supuestamente) me conoce más... me la dijo un RRHH en una entrevista. NADIE se detuvo 5 minutos en prestarme atención, todos están enfrascados en la suya.
Me siento frustradísimo, mucho, completamente apichonado. Como si siempre faltaran cinco para el peso, y no está bueno. Y no me refiero a lo laboral solamente, sino también a lo personal. Intentar, intentar, vivir intentando, y cayendo y levantarse y volverse a caer y así. Estoy cansado. Cada vez me cuesta más ser el "Gabriel esto", "Gabriel lo otro" y estar siempre para los demás.
Y yo cuándo? Realmente le importaré a alguien?
Reflexiones...