El muerto respondió con ruidos a las cadenas de lágrimas que se arrastraban en el interior de la cripta-corazón.
Mezcla de pensamientos que ceden a la imaginería del palpitante, idealizando lo que nunca sucedió para volverla (o "volver a la", según los caprichos de cada cual) realidad, buscando siempre verdad en la muerte y el amor (que -depende para quién-, casi es la misma cosa).
Y el velo se deshilacha, los labios se agrietan y el no demasiado presente en el transcurrir de los días que -no- volverán a ser iguales -jamás-*.
La sangre escapa lenta pero firmemente hacia el suelo, lugar último de reposo conciente.
Miradas que salvarían, palabras que alentarán, bocas que alimentaron el existir de cada día... y quizás en otro mundo renacer."
*por suerte (según quién, nuevamente).
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