martes, 11 de junio de 2013

Quinta rueda, onceavo dedo...

Esa frase de Alan Harper (Two and a half men) resume lo que es mi vida en estos tiempos:

sentirse "lo que sobra".

¿Por qué?  Porque me siento algo residual, desechable, que es "como para justificar" una pérdida de tiempo, rellenar un bache, algo por lo que había que pasar, etc. ¿Clarito, no?

Por ej: hace un mes mandé cv's a empresas directamente, ya cansado de la nada de sitios de búsqueda de empleo que todos conocemos. Resulta que a la semana me llaman para una entrevista, a la cual asisto. Me informan que es por 6 meses, un puesto x, etc. Bien, yo acepto esas condiciones y me dicen que me llamarán nuevamente en una semana, y que si no lo hacen chau (nunca entenderé esa filosofía de tanta gente de ni avisar, pero bueh). La cuestión es que me llaman de nuevo, pero no para confirmarme la anterior, sino para avisarme que ADEMÁS hay otra búsqueda para la que me creen capacitado por verme en la entrevista anterior como una persona responsable, etc). Me preguntan la disponibilidad, yo por supuesto les dije que sí y OTRA vez que me van a llamar y si no etc. De esto hace dos semanas.

Por consejos (tras una semana sin NADA) mando mail a la persona que me entrevistó, diciendo que hubo llamadas perdidas en mi teléfono fijo (llamada privada, andá a saber de quién/es) pero que se comuniquen al celular ya que muchas veces salgo. Me responde que no se ocupaba de esta segunda entrevista, pero que iba a pasar mis datos nuevamente, buena suerte, etc. Es decir, nuevamente a la espera. Y ya no de un puesto, sino de dos, generándome doble expectativa, porque si de movida no me llamaban vaya y pase (una mancha más al tigre...) pero esto... es un poco mucho.




Por supuesto que en todo este tiempo sigo mandando cv's a todos los lugares imaginables, pero nada, y estoy cansado de depender de otros.

Es como la canción esa que decía "chicas en busca de problemas, / chicas al teléfono que nunca suena..."

Así no...