viernes, 9 de abril de 2010

Cosechas...

Rojo vino...
era de esa manera embriagadora
como empezó a fluir en las venas.

Ideas y ruegos,
poderosos impulsos inciertos,
tan atemorizantes y frágiles
como una mirada.

Quizás fué el tiempo,
guía invisible de todo,
o tal vez la lluvia renovadora.

Y al fin, como debía ser,
está más que claro el lugar.
Siempre... al final.

A pesar de todo...

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