lunes, 24 de enero de 2011

Momentos...

Era de noche...

Como siempre, ese silencio que todo lo cubre se hizo presente mientras el músculo duerme y la ambición descansa.

Pero no todos responden de igual manera al caer la oscuridad... aún no.

Era el final de un día agotador como tantos, entre el calor infernal y las vicisitudes laborales. En un momento de pausa entre todo el barullo de ideas que vienen y van se acordó de algo que hacía mucho tiempo había pensado, intuyendo ese momento el ideal para plasmarlo. Y lo hizo. Simple, concreto, sin dar lugar a dudas, buscando las palabras que mejor describieran lo que pensaba, aún bajo el riesgo de quedar en ridículo por mostrarse, superando esos temores que por tanto tiempo fueron más fuertes. Luego, cuando las fuerzas abandonaban, dejó todo a un lado siguiendo su ritual y apoyó su cabeza en la almohada, durmiéndose profundamente.

A través de la ventana, una pequeña sombra caminaba por la medianera unos pocos pasos. Bajo la luz de la luna, se adivinaba un felino que buscaba con su mirada la próxima presa. Algunos instantes después éste posó sus brillantes ojos en aquel ser que reposaba plácidamente, quizás deseando poder acurrucarse en el lecho y, porqué no, en su blanco cuello dejar una pequeña marca, tan propia de la lucha y entrega.

Era de noche...

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