viernes, 13 de enero de 2012

Cómo cambian las cosas...

Cuenta la historia que antes no había diferencias. Se coincidía hasta en el punto en que todo se pone blando, suave y tierno. Tanta era la igualdad que (también) permitía la mirada a los ojos plácida, brillante... recta.


 Antes (lo que sí había) era un escalón...

4 comentarios:

AliZe dijo...

Bueno es mejor que el escalon no este mas, un trabajo menos pa las piernas, y una posible caida menos si se lo llevaba puesto.
Muacksss

Gabriel I. dijo...

Mirá, para algunas cosas que haya al menos UN escalón es bastante útil. Para evitar tortícolis, viste? Beso!

Reina dijo...

Algunos escalones son necesarios... muchos, son demasiados...
Uno está bien... que todo sea tan plano y sencillo... hasta resulta aburrido... si no hay al menos un pequeño desafío, cuál es la gracia....?
Ese mismo escalón nos dice que hay que tener cuidado... sin él vamos demasiado rápido y nos llevamos todo por delante... como la lomas de burro por la calle... ;)

Gabriel I. dijo...

Por cierto, los escalones evitan ponerse en puntas de pié y lastimarse los dedillos para alcanzar algunas cosas... eso sin contar que son útiles al momento de abrazar y/o besar cuando hay diferencias insalvables jajajajaja

Pd: no, yo no lo necesito! jajajajaja