lunes, 16 de enero de 2012

Sin título 26

"Y la ví por última vez limpiándose el colmillo,
sacándose los restos del último mordisco
de aquel pecado (si en ello creyera).

Cuando terminó la ardua tarea
díjole " ya está bien de tí, no hay nada más"
con una sonrisa y el adiós fatal.

Pues ha deborado a besos hasta el alma,
nada sirvió para saciar tal apetito
y otros rumbos decidió tomar.

Grandes silencios y copas llenas de vino
en alguna taberna donde nadie lo oyera contar
su triste historia, su largo camino.

Vasto ha sido el tiempo desde aquellos pasos perdidos
hasta llegar por sí a una reflexión que a todo le dió un sentido.
Y así, levantando la voz con su copa en alto, a quien quisiera escuchar dijo:

"Creo (también) que no es fácil reconocer
dentro de sí lo que no se ha sido,
y que ese vacío infinito no es tal al despertar...

...contigo."

4 comentarios:

Annie dijo...

Amo los vampiros...
Son pura sensualidad...

Gabriel I. dijo...

Así es... una mezcla entre frialdad, deseo y voluptuosidad que las hacen irresistibles, por las que uno entregaría el alma.

Obviamente hablo de vampirellas... ;)

Reina dijo...

Hasta el ser más frío necesita compañía... ;)

Gabriel I. dijo...

Así es Reina, aunque en ocasiones crean que no. Frialdad y omnipotencia no van de la mano. Un beso!