viernes, 8 de abril de 2011

Realidades vs Fantasías ?

Ayer, luego de una charla casi teológica con Reina + la lluvia mojante que todo lo rodea (que un ratito después amagó a empaparme mientras iba a cursar) me puse a pensar sobre las dicotomías. El argentino promedio es muy de esas cosas polarizantes: boca-river, redondos/sumo - soda stereo (escuché las dos versiones), música académica - popular... y realidad-fantasía, que es la que me interesa ahora.

En mi humilde opinión no hay tantas diferencias entre una y otra, ya que ambas forman parte del mismo todo. Si se quiere podemos pensar a la realidad como el camino que se ve sin demasiados esfuerzos sensitivos en general y visuales en particular, y la fantasía como pasados, presentes o futuros posibles/alternativos si uno presta atención a los detalles.

Estos detalles (que no necesariamente se llaman fantasía sino simplemente observación un tanto más profunda) es lo que provoca el bicho de la curiosidad en algunos casos y la imaginación en otros, generando a su vez curiosidad e imaginación y así sucesivamente hasta el infinito o las necesidades (índole a elección) de la persona se vean satisfechas... o no.

Por otra parte, el hecho de que sean posibles y/o alternativos significa EXACTAMENTE eso, que no necesariamente sean la única opción. Ni tampoco son irrealidades, es simplemente otra visión. Y menos aún implican sufrimiento. Why? Acaso lo que llamamos realidad no provoca en ocasiones dolor?

Ya lo decían un par de escritores del otro lado del Atlántico con unos cuantos años de diferencia:

* "Lo esencial es invisible a los ojos." (Antoine de Saint - Exupéry)

* "Nada es verdad ni es mentira. Todo depende del cristal con que se mira". (William Shakespeare)

Saben qué es lo triste del caso? Que se las considera lindas palabras... pero no más que eso. Muchas veces nos llenamos la boca diciendo "porque yo...", y "quisiera...", "me gustaría..." etcétera pero al momento terminamos en el consabido "es lo que hay". No digo que todo sea plausible de que "metamos el garfio" pero sí en las pequeñas cosas de todos los días, aquellas que hacen todo un poco más llevadero.

Sino para qué vamos al cine? Para qué cambiamos cada tanto de menú? Para qué pintamos de nuevo las paredes? Para qué nos vestimos de diferentes maneras? Cuando si salimos el mundo este (cuál? ESTE)  no ha cambiado demasiado, nos satisfacemos igual, a la pared le da lo mismo estar cubierta con un color u otro, y mientras nos cubramos no importa con qué. La respuesta es la misma para todas: por el placer que nos imaginamos nos dará. Y ahí está la clave: imaginación. Lo necesario para ver otras cosas, pensarlas, en cierto modo sentirlas, ver la necesidad de CAMBIO  y/o perfeccionamiento. Lo contrario a eso lo podemos resumir en una palabra: conformismo.

No sé, son opciones... puede que a alguno le sirva eso y sea feliz así, quéseyo.


4 comentarios:

Laura dijo...

La vida sin imaginación... es como los palmitos sin salsa golf, o los fideos sin queso...
No tiene gusto a mierda...

Gabriel I. dijo...

BIEN LOLA CAPTANDO LA IDEA !!!! (clap, clap, clap) :-D

Mas vale! Un embole marca cañón (en el "marca cañón" saltó el DNI)... no, no sirve para nada. Sino se termina haciendo todo porque sí, dando lo mismo, casi como autómatas y por lo menos no es mi idea.

Unknown dijo...

Y... Es una pregunta casi tan filosa como preguntarse cuál es la verdadera diferencia entre lo cierto y lo verdadero.

Lo que se me viene a la mente es... ¿Según quién?

Gabriel I. dijo...

Cooooorrecto! Las fantasías de unos pueden ser realidades de otros y viceversa, con todas su variables posibles que son tantas como personas hay en el mundo.
Re-bienvenida a este espacio, cara Mekans!