jueves, 4 de agosto de 2011

Cuba (o "El árbol")

Quise escribir sobre lágrimas negras rodando en mejillas ajenas pero no sabía nada del amor.

El espacio del suelo se llenó de viento trayendo una hoja aún verdosa (quién sabe de qué árbol) que por esas cosas (que tampoco sabré) termina posándose en mi pie izquierdo.

Una niña de rosadas mejillas la recoje y se va a toda carrera con una amplia sonrisa.



Todo tuvo más sentido entonces... 

4 comentarios:

gamar dijo...

Ah, si, ahora si.

Gabriel I. dijo...

Totalmente. Si no se puede ver la felicidad en las pequeñas cosas, difícilmente se pueda saber de qué se trata el amor.

David Cotos dijo...

esa primera oración buenísima.

Gabriel I. dijo...

Se agradece, David!