martes, 31 de mayo de 2011

Entrega...

Era posible ver cómo fluye la sangre con tanta fuerza que no puede evitar caer desde la mano hasta la suelo.

Se hace un profundo silencio cargado de tensión y miedo a ese cuchillo otrora virgen que ha sido cargado por la misma voluntad que lo mancilla.

Mantiene los ojos abiertos pues sabe que todo terminará cuando la oscuridad se presente.

"Apenas cabe en la mano y es capaz de tantas cosas", pensaba para sí mientras su mirada perdía brillo y una lágrima se desprendía rodando por su mejilla.

Quizo pensar en las mil razones para este final:
"Ah, sí..." y débilmente una sonrisa afloraba de sus labios.

Nunca se cerró el telón. Nadie rompió el silencio pues la sala estaba vacía. Fuera un bulldozer empezaba a derribar una pared...

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