viernes, 1 de julio de 2011

Sin título 18

 "Y quiso pedirle que no la deje respirar más que sus besos
pues anheló lo avasallador del fuego al conocer su esencia.

Sentía tristeza y vanidad -dulzura en llamas-,
según pasaban las horas en el tiempo sin tiempo de las sábanas.

Supieron tanto los dos de sabores y aliento
cumpliendo con la urgencia de la piel,
sin  existir más razones que el deseo.

De pronto, como un pájaro-tormenta irrumpiendo en la noche,
así se presentó esta infame necesidad de soledad.

No necesitaron más que una mirada cargada de ruegos y ansiedad, 
y el cierre de una puerta con pasos que se alejan rompieron el silencio...



... una vez más.

2 comentarios:

Pato dijo...

"De pronto, como un pájaro-tormenta irrumpiendo en la noche,
así se presentó esta infame necesidad de soledad"

este verso tiene la fuerza necesaria para romper la calma y dar una pequeña muestra de lo que se siente cuando en medio de algo bueno, algo nos inquieta hasta perturbarnos por completo...

Besos.

Gabriel I. dijo...

A mi gusto, es uno de los mejores versos que escribí en bastante tiempo. :-D
Lo de pájaros-tormenta lo tomé de un libro de Jack Vance "Los valerosos hombres libres", formando parte de la descripción de la música del drutino Dystar.

Me alegro que te haya gustado :-D